La actividad sexual es una parte fundamental de la vida humana, que no desaparece con la edad. A pesar de que, por lo general, la sexualidad en personas mayores no es tan frecuente como a otras edades, sigue siendo una necesidad humana importante.

 

Sin embargo, a menudo se pasa por alto o se estigmatiza la sexualidad de las personas mayores, lo que puede tener consecuencias negativas para su bienestar emocional y físico.

 

En este artículo te explicamos la importancia de conservar la vida sexual en la tercera edad, incluso en entornos residenciales.

Beneficios de la sexualidad en personas mayores

La actividad sexual en la tercera edad tiene muchos beneficios para la salud. Estos son algunos de los más importantes:

 

1. Mejora de la salud cardiovascular: la actividad sexual puede mejorar la salud del corazón, reduciendo el riesgo de enfermedades cardiovasculares.

2. Alivio del dolor: la liberación de endorfinas durante el orgasmo puede reducir la percepción del dolor.

3. Mejora de la autoestima: el sexo puede aumentar la autoestima y la autoconfianza en la tercera edad, ya que puede mejorar su imagen corporal y su autoimagen.

4. Mejora del sueño: El sexo puede mejorar la calidad del sueño en las personas mayores.

5. Efecto positivo en la salud mental y emocional: la sexualidad en las personas mayores les estimula cognitivamente, además de ayudarles a reducir los niveles de estrés y mejorar su estado de ánimo.

6. Beneficios para la salud de la próstata: en el caso de los hombres mayores, la actividad sexual puede reducir el riesgo de enfermedades como la prostatitis y la hipertrofia benigna de la próstata.

7. Mejora de la calidad de vida: en general, la sexualidad en la tercera edad puede aumentar el bienestar físico, emocional y social de las personas mayores.

8. Fortalecer las relaciones: las relaciones sexuales satisfactorias ayudan a mejorar la comunicación entre las parejas y el bienestar general.

 

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la salud sexual se define como “un estado de bienestar físico, emocional, mental y social en relación con la sexualidad”.

Estereotipos y barreras para la sexualidad en personas mayores

A pesar de estos beneficios, las personas mayores a menudo enfrentan estereotipos y barreras sociales que dificultan su vida sexual. Muchas de estas falsas ideas se centran en que las personas mayores no tienen interés en el sexo o que no son sexualmente atractivas. Como consecuencia de estas creencias estereotipadas, las personas mayores pueden sentirse avergonzadas o incómodas al hablar de su vida sexual.

 

Igualmente, la falta de educación y atención médica específica para las necesidades sexuales de las personas mayores puede limitar su acceso a la información y el tratamiento. Es decir, las personas mayores pueden enfrentar barreras físicas para la actividad sexual, como la disfunción eréctil o la sequedad vaginal, que pueden requerir tratamiento médico o ajustes en la práctica sexual.

 

En este sentido, los estereotipos sobre sexualidad en personas mayores pueden disuadir a las personas mayores de buscar y disfrutar de encuentros sexuales.

 Es importante acabar con los estereotipos sobre sexualidad en personas mayores para poder disfrutar plenamente de una vida sexual satisfactoria en la tercera edad

¿Cómo garantizar la sexualidad de las personas mayores en las residencias?

Uno de los entornos en los que más se puede ver limitada la sexualidad en las personas mayores son los centros residenciales. Estos son algunos de los motivos:

  1. Tabúes y prejuicios: A menudo, la sexualidad de las personas mayores es vista como algo incómodo o inapropiado, lo que puede llevar a que se desaliente o se prohíba cualquier tipo de actividad sexual en las residencias.
  2. Falta de privacidad: Las residencias para personas mayores suelen tener habitaciones compartidas, lo que dificulta la posibilidad de tener relaciones sexuales de manera discreta y privada.
  3. Problemas de salud: Las personas mayores pueden tener problemas de salud que limiten su actividad sexual, como enfermedades crónicas, dolor o problemas de movilidad.
  4. Falta de información y educación: Las residencias para personas mayores no suelen contar con programas de educación sexual que ayuden a las personas mayores a entender y explorar su sexualidad de manera saludable y segura.
  5. Falta de personal capacitado: En muchas residencias para personas mayores, el personal no está capacitado para abordar temas relacionados con la sexualidad de los residentes, lo que puede llevar a que se tomen decisiones equivocadas o a que se ignoren las necesidades de los residentes en este sentido.
  6. Dificultades para acceder a métodos anticonceptivos: Las personas mayores pueden tener dificultades para acceder a métodos anticonceptivos, lo que puede llevar a que se desaliente cualquier tipo de actividad sexual.

Para garantizar que las personas mayores tengan acceso a una vida sexual plena y satisfactoria, es importante que las instituciones y el equipo de profesionales que trabaja en ellas estén capacitados para abordar sus necesidades sexuales.

 

Asimismo, es importante que los centros residenciales proporcionen un ambiente cómodo y seguro para la actividad sexual. Esto puede incluir la privacidad en las habitaciones, la disponibilidad de lubricantes y otros productos para la salud sexual, y la promoción de la comunicación abierta y honesta entre los residentes y el personal de la residencia.

 

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